¿Pueden los orangutanes ser buenas mascotas?

No, no es así, además, la OFI no recomienda esta práctica. En Indonesia la OFI puede dar fe de los problemas que enfrentan como especie y como individuos cuando las personas con las mejores intenciones los quieren tener. Estas son algunas de las razones:

En primer lugar, el comercio de orangutanes como mascotas ha sido en parte responsable de la disminución de las poblaciones de estos. Aunque ilegal en todo el mundo, el comercio brutal de estos especímenes tienen un alto precio, de seis a ocho orangutanes mueren por cada cría que se vende. Como las madres son asesinadas, muchos bebés mueren por la mala manipulación, trauma en el proceso de captura, malnutrición y áspero transporte al mercado. En la década de 1990 más de 1.000 orangutanes fueron ilegalmente importados en Taiwán porque los niños vieron un programa de televisión donde aparecía uno y exigían a sus padres tener uno.

En segundo lugar, mientras que algunos orangutanes en los EE.UU. son criados en cautiverio, hay leyes que no permiten tenerlos y solo el Servicios Nacional de Pesca y Vida Salvaje regula quién puede obtener uno de estos permisos que generalmente son reservados para la investigación zoológica y las instituciones educativas. Hay algunas personas que los poseen o alquilan con fines comerciales, pero USFWS y la Comunidad de los Derechos Animales los vigilan de cerca, pues los abusos en el proceso de entrenamiento solía ser algo relativamente común y por tanto las acciones de control han ido en aumento año tras años.

En tercer lugar, porque los orangutanes son tan parecidos a los humanos que plantean desafíos para cualquier persona que los posea. Son animales de larga vida con un largo período de dependencia de la madre. Pueden transmitir y recibir enfermedades respiratorias y gastrointestinales de los seres humanos por lo que una atención médica inadecuada puede dar lugar a una alta tasa de mortalidad durante el primer año de cautiverio. Son fuertes y determinados, por lo que pueden ser muy destructivos ya sea en la búsqueda de productos alimenticios o de juego. A medida que envejecen representan dificultades cada vez mayores para sus propietarios que no pueden mantenerlos con buenas condiciones de vida. En los EE.UU., algunos orangutanes en manos privadas terminan en pequeñas jaulas, en sótanos húmedos o en condiciones peores.

Es mejor tener un perro o un gato como mascota. Otra alternativa es llegar a ser un padre de crianza de uno de los muchos orangutanes que la  OFI está rehabilitando en Borneo. El desafío es encontrar los fondos para alimentarlos y cuidarlos ya que son centenares de orangutanes huérfanos que necesitan volver a la selva. Muchos llegan como consecuencia de la tala ilegal y el comercio de mascotas y las personas pueden ayudar a salvarlos al convertirse en padre adoptivo. El sitio web proporciona información acerca de este programa.